Si cambiaramos la manera de vivir y nos convirtieramos en una civilización estable, feliz, en armonía con la naturaleza, tal y como estamos educados hoy en día... se mantendría? Creo que es más prioritario la enseñanza de una estabilidad interna y un conocimiento profundo de nuestra propia psicología y verdadera historia como raza, más que una lucha contra una institución o sistema que siempre supo (y sabe) como contraatacar para terminar consiguiendo sus objetivos. Urge el desarrollo individual de las personas, para que el resurgir de una utópica "nueva Atlántida" sea a partir de haber conocido y asimilado los errores de los ultimos miles de años de historia, por tanto esa nueva civilización va a ser muy superior a todas las que nos preceden, gracias a milenios de graves errores que nos enseñaron a construir y desarrollar una sociedad colectiva a travéz del desarrollo del individuo.

Claro que todo se trata de perspectiva... Esta es la mía...

4.2.11

"¡¡¡¡Ritualízate!!!!"

Creo, personalmente, que se ha ignorado y relegado a simple charlatanería y fuente de  comedia a una parte muy importante de nuestra historia, los rituales; aún sin darnos cuenta que recurrimos a ellos constantemente en nuestra vida cotidiana. La automatización de comportamientos ha llevado al neo-chimpancé actual (el ser humano) a no darse cuenta de lo que hace, y a ni siquiera preguntarse porque lo está haciendo. Es muy importante prestar atención a estos aspectos de nuestra vida, y nos daremos cuenta que hemos perdido una gran parte de nuestro tiempo sin haber elegido nada de lo que vivimos, ni de lo que tenemos.
Aun en las civilizaciones más avanzadas de nuestro pasado, el ser humano actuaba bajo automatismos, condicionados por lo que la sociedad pedía de ellos. Hoy tenemos la posibilidad de desarrollar un individuo pensante, que sea consciente de lo que está haciendo, y que ello sea productivo y en equilibrio con la sociedad en la que viva.
En la antigüedad se realizaban rituales para todo tipo de cosas, desde orgías gigantes de las que resultaban niños considerados descendientes de Dioses, hasta exorcismos para expropiar “demonios” pasados que habían tomado posesión de una persona viva en la sociedad. Todos estos rituales tenían, más que cualquier otra cosa, un significado simbólico. Quizás los sacerdotes de cada una de esas civilizaciones eran conscientes de ello, y simplemente formaban parte del juego necesario para ayudar a la sociedad a prosperar, y al individuo a mejorar para que contribuya de una forma positiva a su entorno, o quizás también eran resultado de un adoctrinamiento previo, descendiente de unas enseñanzas desconocidas. En cualquier caso, de las civilizaciones y las posibilidades de una historia distinta a la que conocemos y un significado también diferente, hablare más adelante.
Cada ritual tenía como objetivo representar de una manera grafica el problema que querían solucionar, o el objetivo al que se quería llegar. Con esta representación se preparaba a la consciencia para actuar de una forma apropiada en el caso de que dicha situación llegara, o a  que el problema en cuestión se fuera y tuviera que mantenerse de esa manera. Lógicamente, había temas esotéricos que los tratare más adelante, debido a un mínimo de conocimientos necesarios para entender el tema sin tomarlo como una broma o algo sin importancia, ya que en el tema en cuestión se trata el funcionamiento propio del universo y sus leyes, y el conocimiento que todas estas civilizaciones tenían de ello.
Vamos a recuperar los aspectos psicológicos “positivos” que nos aporta el hecho de ser conscientes de nuestros rituales personales, y la importancia de perfeccionarlos y dirigirlos hacia nuestra “realización personal”. Por ejemplo, cualquier actitud repetitiva que tomemos ante una situación de estrés o agobio que nos ayude a recuperar la calma podría ser considerada un ritual.
 Nuestro cerebro crea anclajes que utiliza en casi todas las situaciones para poder actuar ahorrando energía. Definiendo anclajes, pueden ser cualquier cosa que lleve al cerebro a recordar un determinado momento que le cree una emoción que necesite para afrontar una situación. Así, sin darnos cuenta, reaccionamos siempre de una manera ante un estimulo especifico, como puede ser una persona o una situación. Quizás respondemos con agresividad ante nuestros padres o ante una agresión verbal determinada repetida por diferentes personas, o reaccionamos con serenidad ante una persona que nos transmita paz y armonía o salimos de una situacion de éxtasis positivo y todo lo demás nos parece menos importante.
La manipulación a consciencia y utilización adecuada de esos rituales puede llevarnos a mejorar nuestras relaciones con personas o hechos que nos hagan reaccionar de una manera que no nos guste, o a cambiar determinadas actitudes nuestras que creamos que están fuera de lugar en algún momento. La misma evolución y moderación de estos rituales personales nos irán acercando poco a poco a lo que podríamos considerar como nuestro “verdadero Yo” que no es más que un yo neutro, consciente, despierto, y totalmente imparcial a la hora de observar los hechos, porque, lógicamente, si en situaciones de estrés podemos aportar calma, seremos capaces de ver las distintas perspectivas que una mente alterada no es capaz de ver, al mismo tiempo, por haber estado anclada a una creencia generalizada de que una mentalidad cerrada y a la defensa de una supuesta razón absoluta de todo puede ayudar a mantenernos enteros en una sociedad que intenta llamar constantemente a nuestros instintos primitivos salvajes.
Una vez más, el secreto está en el equilibrio. La posibilidad de estar lo suficientemente relajados y estables como para entender la mentalidad y punto de vista del otro, y llegar a un punto medio en donde no se cree un conflicto.
Más adelante hablaré de los aspectos esotéricos que, personalmente, son los que considero más interesantes. Un saludo desde la casa de Goku.

No hay comentarios:

Publicar un comentario